martes, 15 de diciembre de 2015

El día después del proyecto




A seis días de la finalización del mandato de nuestra Ex Presidenta, Dra. Cristina Fernandez de Kirchner, la cuestión política, con todos sus actores, se encuentra convulsionada. Disimuladamente convulsionada.




Entre almuerzos presidenciales y compromisos, entre concesiones y plazos de gracia, entre flashes y portadas, los muchachos (y muchachas) peronistas (entre otros) se han corrido de la escena política activa, representativa de los intereses inmediatos de su electorado para refugiarse en la seguridad y la calma de la especulación. Pero el movimiento, como sujeto, es desde su nacimiento siempre una figura dinámica. Su presencia y su ausencia, sus gritos y sus silencios, siempre tienen como finalidad generar un hecho y una condición política.
Los candidatos del proyecto ¡No! Los candidatos peronistas del proyecto, o mejor, los candidatos que dicen llevar la verdad del peronismo, que nacieron, se desarrollaron o resucitaron durante el proyecto. Una línea interna más dentro del PJ para resumirlo, se encuentra realizando desde las profundidades los preparativos correspondientes para hacerse con el liderazgo de la nueva oposición, a la vez que ven con gran ilusión la conducción del partido.
El asunto es que su silencio y su inacción aparente, viéndolo desde la superficie en la que vivimos los simples mortales, la capa visible, la palpable. resulta cuanto menos molesta, jode. 
Molesta porque nuestros candidatos nos han arrebatado el poder de reacción, toda vez que se apartaron del proyecto político que los impulso. Molesta porque sus tiempos ya no se ajustan a los nuestros, las demandas sociales no contempan un futuro más lejano que el aquí y ahora. Molesta porque sus acciones no representan en lo inmediato intereses generales, sino que propenden a posicionamientos particulares . Que le vamos a hacer, la desilusión en la política es una constante a la que nos habíamos desacostrumbrado.
En el mientras tanto de todo este asunto, la maquinaria macrista ya se puso en marcha, ya movió algunas piezas, ya rompió ciertos esquemas. El serafín del liberalismo, junto a sus querubines ya abrieron viejas cicatrices, desaparecieron algunos símbolos, interrogaron sobre ciertas orientaciones y auguraron apocalípticas miserias. 
El ejecutivo, aún vigente, salió a jugar a fondo, como debe ser, con su ideología y su librito, pero a fondo, con olor a huevo. Y es probable que con sus medidas se lleve puesto a más de uno. Y esto no es gratis, sabe que cada maniobra le reduce su vigencia, lo acerca más a la puerta de salida (de emergencia). Por eso el apuro. Y es en este tramo donde se comprende porque los candidatos peronistas no se inmutan. Es tan simple como triste, están dejando que el elegido llegue al punto de cocción adecuado para comérselo de un bocado.


El asunto de esta política caníbal, es que Macri se cocina, con la gente adentro.- 
 

viernes, 11 de diciembre de 2015

Ganó Macri



Ganó Macri, y no hay cuestionamientos. Gano en todas las de la ley.
Ganó Macri, y ya presentó su gabinete de ministros. Es su potestad elegirlos.
Ganó Macri, y el proyecto nacional y popular fue marginado por la dirigencia. Se es o no se es.
Ganó Macri, y comenzaron a fracturarse las sociedades ideológicas. Zapatos de goma.
Ganó Macri, y los presidenciables le ofrendan sus votos eventuales. Punta y taco.
Ganó Macri, y una procesión de gobernadores ora por su bendición. Dependencia económica.
Ganó Macri, y la TV argentina lo celebra. Objetivo cumplido.
Ganó Macri, y se viene el achique del estado. Gestión eficiente.
Ganó Macri, y la economía se sincera. El pueblo es el deudor.
Ganó Macri, y recibe un MERCOSUR agonizante. Desaparece la cordillera.
Ganó Macri, y yo reconozco haber perdido. Pero cuesta.
Ganó Macri, y no hay un solo referente que me represente. Fin de ciclo.
Ganó Macri, y le quedan cuatro años de gobierno. Así funciona la cosa.

Vienen nuevos tiempos, que ofrecen intenciones de cambio, que exigen amplios consensos, que requieren de mucha tolerancia, que obligan a ceder derechos y concesionar temporalmente el porvenir. Y ante la vacancia en la representación, no queda más alternativa que ser consecuente con las convicciones, las cuales, naturalmente, manifiestan directa oposición a los cambios venideros.
El fundamento de esta resistencia es simple:


Ganó Macri.-

Negros de alma


Por Leandro Mata



Son negros. Y se hace un silencio en el ambiente. Más tímida la voz exclama “de alma. Negros de alma”.







Está a la vista que algún mal se ha hecho en estos años, evidentemente la crítica y el análisis deben de ser profundos y arduos. EI dolor de tanta gente humilde que se inclino por un “cambio” grafica el desacierto en las formas pero también en mucho del fondo.

Veo odio en cada lado de la grieta, es cierto. Aunque debo ser honesto y decir que solamente logré reflejar rostros con tanto amor en la Plaza que despidió a Cristina cuando fue la despedida del ex Presidente Néstor Kirchner. En mi vida, a lo que a política refiere, nunca más.
Lo que me genera este gobierno es una cuestión de rechazo total. Si antes se criticaban las formas violentas y autoritarias, hoy me resulta repulsiva esa fiesta de gala en el Teatro Colón, y triste ver como un Presidente en su primer día baila en el balcón de la casa Rosada, no me resulta ni descontracturado ni gracioso. Si antes se repudiaban las cadenas nacionales, hoy me resuena flojo el discurso del Presidente, mal leído, de bajo vuelo. 
Sobre el fondo qué decir. Soy de los que quieren un Estado presente, que no nos libremos al mercado, que haya una mirada trascendente sobre el posicionamiento de la región, que nos plantemos en el mundo por lo que somos y no por lo que queremos parecer, aunque eso para muchos tenga olor a bolas. Yo, al menos, creo que no. Pienso que tenemos un capital humano incomparable, un pueblo que es mentira que quiere vivir de planes, compatriotas que buscan trabajar, estudiar, progresar, vivir mejor, que sus hijos tengan un país más digno cada día.
Sobre los que se van digo que ojala que quienes usufructuaron de forma personal o se llevaron parte del erario público, o delinquieron de cualquier forma con el dinero del Estado vayan presos y les caiga la máxima de las penas, que además de la justicia, es la social. Pero por lo menos, quiero decir que a mí me resultan llamativas las más de mil causas judiciales que tiene todo el equipo del nuevo Presidente, y parece que de eso nadie se queja.
Trato de ser una persona muy crítica primero conmigo, corregirme, replantearme las cosas que hago, los errores que cometo. Cómo me va a costar aceptar, admitir, o decir los errores de un gobierno. No me molesta en lo más mínimo. De hecho he criticado mucho las cosas que me han jodido, como la poca o escasa valoración del esfuerzo individual, los sueldos y sobresueldos de los amigos del poder, el costo del valor de vida en nuestro país en relación a los salarios promedios, y así tantas cosas más. Pero siempre sintiendo que había errores corregibles dentro de un modelo que aunque sea por poco que fuera, mínimamente sostenía valores, ideales, y principios que yo también tengo.
Hoy me siento parte de la frase de la señora que en el primer renglón dice tan liviana y libremente “negros”, que después parece ver que cometió un error de discriminación racial y aclara “de alma”; lo que hace que ya me ubiqué, cualquiera haya sido el sentido que le intentó dar a la frase en ese lugar en el que para ella, me llame como me llame, soy una mierda. 
Y sí, soy un “negro de alma”, con olor a culo y a bolas, aunque asegure que me baño y me perfumo. No importa, prefiero estar ahí, del otro lado, de las puertas para afuera del Colón, aunque sé muy bien que si quisiera estar en esa fiesta nunca sería invitado, tampoco seré hipócrita.
Por eso, cómo no voy a poder decir que voy a hacer el mínimo esfuerzo de escribir cada vez que sienta que nos tratan con menosprecio, que nos miran por encima del hombro. Acá, de este lado, desde afuera del Colón, sepan que tienen un compatriota que les va a estar recordando, sin odios, broncas, ni rencores de dónde venimos. 
Yo, de un bisabuelo que fue el verdadero organizador de la Patagonia Rebelde (según Osvaldo Bayer, libro “La Patagonia Rebelde”, página 27), y de una madre que me pidió que no dejara de escribir, y que lo hiciera por los humildes, los pobres, los enfermos, y los que más lo necesitan. Y así será.

Leandro Mata.-


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